Farah Wesley
- cartografiaescrito
- 11 mar
- 2 Min. de lectura
Los géneros que más utiliza son: poesía, cuento y otro.

Historiadora, Mediadora de lectura, Gestora Cultural, Reseñista, Comerciante y mamá interespecie, de Tacámbaro Michoacán. Pertenece al RUM con la Sala de Lectura Babel, lectura y mediación, y a la mesa por Vocaciones de Mujeres en materia de perspectiva de género del Programa Nacional de Salas de Lectura y del FCE. Es miembro y parte de la coordinación del Taller literario independiente de Tacámbaro Los Dialogantes, forma parte del gremio de Escritoras Tacambarenses. Bajo la Columna “Periférica” en el medio digital tijuanense Nómadas se desempeña como Reseñista quincenalmente.
Se siente en su elemento con la narrativa, género que la ha hecho ser parte de varias antologías para Mujeres como Indómitas de la editorial Crisálida en SLP y Monstruas Brujas y Feministas de Sonámbula y contenedor de arte en Morelia.
TEXTO LITERARIO
I N S T I N T O
Farah Wesley
“La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
Y alimentamos nuestros amables remordimientos,
Como los mendigos nutren su miseria.”
(Chales Baudelaire. Las flores del mal)
Llegó desde chiquitita a la casa en el rancho, yo siempre hablaba con ella, pero nadie me creía, lo curioso no es lo que yo pudiera decirle, sino todas las cosas que ella me contaba y que quiso contarme sólo a mí.
De ojos profundos y una inmensa melancolía en su rostro, siempre la tratamos como hermana, era tan bonita y siempre olía bien; muy rápido creció, antes que nosotros, y mi papá la escogió para obligarla a laborar. Majestuosa. Muy sabia, de tranquilidad envidiable. Me contaba cosas que no entendía sobre cualquier tema que se me ocurriera preguntar, lo cierto es que a mí lo único que me interesaba era cuando hablaba de las estrellas, sentía que las podía ver en su mirada y en sus lunares negros, imaginaba que las comía en un queso o en la espesa leche.
Caminamos muchas veces juntos en silencio, yo siempre tocaba su rostro. Una vez la vi platicando con mi hermana de "cosas de mujeres", cuando me acerqué a ellas mi hermana me gritó enfurecida y la otra se puso de pie para correrme y patearme, ahí supe que no sólo hablaba conmigo sino con más personas, de verdad que ella lo sabía todo. Una mañana en aquellos pastizales mientras observaba únicamente la niebla del amanecer, ella llegó y me dijo que sabía que iba a morir, había escuchado a mi padre decir que por fin le había ido bien y que compró más como ella, también escuchó que él mencionó que se estaba convirtiendo en un estorbo y ya no servía como antes, él pensaba que seguramente aún quedaba tiempo para que se aprovechara un poco más de su cuerpo…
Publicado en: Wesley, Farah (2022). Voces Indómitas, Antología de narrativa breve escrita por mujeres. San Luis Potosí: Crisálida Ediciones, Colección Pupa.
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