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Kas Molina

Actualizado: 16 jul 2024

Los géneros que más utiliza son: cuento, novela, literatura para jóvenes y otros



Karen Areli Sebastian Molina, egresada del Instituto Tecnológico Superior de Uruapan en la carrera de Ingeniería en Administración.

Integrante del Círculo de Escritores Uruapenses, participando en su segunda antología de cuentos titulada “Cuentos para despertar” con el cuento “Avecilla”. Siempre he tenido gusto por la escritura realizándola de manera independiente, desde la integración al Círculo de Escritores Uruapenses empecé a realiza las publicaciones de mis escritos en mi página de Facebook “Publik” bajo el usuario de Kas Molina. Antes de la


Sebastian Molina

escritura tuve un formación en dibujo en la escuela de artes plásticas MAPECO en Uruapan. Mi forma de escritura se caracteriza por incluir temas sociales como la discriminación, violencia e injusticia, en algunos cuento hago uso del realismo mágico para integrar las tradiciones o leyendas de mi estado, donde aún prevalece la cultura purépecha con la que estoy familiarizada por mis abuelos paternos quienes provienen del pueblo de Sicuicho.


TEXTO LITERARIO


Yo inmortal

Kas Molina


Todos los que recorrían las carretas podían ver las cruces clavadas a lo largo del camino, colgaban de ellas unos listones rojos que parecían hilos de sangre ondeados al viento entre la neblina de la carretera. Son para protección, me dijo Aurelio, el historiador que nos acompañaba.  Si esas cruces sirvieran de algo no nos hubieran enviado a nosotros los detectives, pensé, se alcanzo a escapar de mí una media sonrisa, mejor prendí un cigarro.

Lo que empezó como una leyenda ahora se sentía tan tangible, ya he tenido esa sensación antes, la sangre palpante en mis manos, mi sentido de sabueso me informa cuando estoy a punto de resolver un caso. Según el expediente primero encontraron algunos hombres desangrados entre las milpas de los alrededores, campesinos, pescadores, hombres del pueblo con familias, pero luego fueron por un hacendado, allí es cuando pusieron atención las autoridades. La noticia se empezó a expandir por todos los periódicos, algún ajuste de cuentas pensamos, pero mi olfato me indicaba algo más, empecé a investigar con las familias de los pueblos, decían que era la Mactzil, otros que era el diablo, supersticiones, a estos hombres los mato algo tan real como tú y como yo.

Viajamos a otro pueblo aledaño, donde hace apenas unas horas encontraron otro cuerpo, mismo modus operandi, degollado, desangrando hasta la muerte. En el camino me encontré con Aurelio, este muchacho vino a estudiar los códices prehispánicos, impetuoso, aun no es consumido por la cotidianeidad, veremos si sigue así en unos años.  Lo acompaña una mujer, Leonora, joven también, delgada, no sobrepasa de 1, 57 de estatura, siempre con esas ropas holgadas y sus enormes lentes que confunden a cualquiera, pero un mujeriego como yo desarrolla la habilidad de leer los pliegues de la tela, cuando cubren un ceno abundante y se ciñen en las caderas torneadas, es bonita, pero muy recatada para mi gusto, pero era suficiente para despertar mi libido. Sobre todo, no era tan enérgica, tenía un semblante de madurez temprana particular en las hembras.

Estaban en unos de los pueblos cuando ocurrió un asesinato, me acerque a preguntarle que era la Mactzil, fue como romper un hidrante, ya no detuvo su parloteo, empezó a explicarme el inicio de los tiempos, las culturas, según el tenia que saber todo el contexto para entender las tradiciones, ya había fumado dos cigarros y el no parecía terminar, fue cuando Leonora se acercó,

-Es un ente- dijo interrumpiendo la conversación

-¿Como un espíritu? - pregunte.

-No, mas bien como un suceso, nadie lo ha visto, ni saben como es, solo hay registros de historias similares, en Hungría, en Valaquia con los vampiros, con la brujas, pero ahora en los pueblos más alejados. Supuestamente después de que termine abra prosperidad.

– De que termine que. – dije acercándome lentamente a ella, creí que podría conseguir información y una noche tibia.

– Las muertes. - dijo tajantemente, creo que solo obtendré información de ella.

Eso significaba que encontraríamos mas cuerpos, para mi significaba que podríamos atraparlo.

Pidieron acompañarnos, ya no se sentían seguros aquí, a mí me ayudaría ya que a los lugareños no les gustaba hablar español y Aurelio dominaba su dialecto. Ellos ya sabían moverse entre los habitantes, sabían sus costumbres, me podrían servir.  Cuando por fin pasamos el cumulo de cruces, llegamos a la entrada del pueblo, nos recibieron unos hombres de sombrero y pistola, mande a Aurelio a hacer lo suyo, nos consiguió a mi compañero y a mi el pase a la comunidad.

Mi compañero, Gaspar el policía bueno, pero con puños de piedra por si las cosas se ponían difíciles, puso su mano en la empuñadura del arma, no nos fiábamos de esta gente ni ellos de nosotros. Nos llevaron directo con el líder de la comunidad, don Victoriano, individuo de edad avanzada, cabellos blancos y recortados, rasgos fuertes, su barba parece recién afeitada, ropas pulcras, la edad lo hace encorvarse, pero su complexión me indica que es su juventud fue un hombre fuerte.   Nos ofreció asiento, algo de café, y comenzó a hablar. Leonora y Gaspar sacaron inmediatamente sus libretas para la redacción, Aurelio y yo nos concentramos en el relato.

-Ya está en nuestro pueblo la maldad, desde el primer muerto me llego el recuerdo, pero no quise creer que nos tocara esa suerte.

-¿Cual maldad?- Me puse de pie ante su afirmación, ya me estaba hartando de estas leyendas.

Para mi sorpresa don Victoriano también se levanto ante mi frenta, los ánimos estaban subiendo, sus acompañantes empuñaron sus escopetas y gaspar su revolver. Don victoriano me dijo que lo siguiera, el cuerpo estaba cerca de nosotros.  Nos dirigimos hacia una milpa que estaba a unos metros, fuimos avanzando y entre las hojas iban apareciendo vestigios de sangre, cuanto más nos acercábamos el lago de sangre se hacía presente. Por fin estaba frente a nosotros, un hombre desnudo en medio del campo me hinque un poco para inspeccionarlo. Posición fetal, mediana edad, altura 1.80 aproximadamente, complexión robusta, la causa de muerte, le abrieron la garganta de hombro a hombro, parecía un corte limpio hecho con algo muy afilado, como los machetes que cargan casi todos aquí. Era fuerte, debieron matarlo a traición, o quizá fueron varios, un mano a mano no hubiera sido fácil al menos el otro no saldría ileso. A su alrededor no había huella o rastro que seguir, si posición no era natural lo dejaron así, su manos cubrían su cabeza, los otros cuerpos aparecieron de la misma manera. Lo manejaron con cuidado, el lugar donde reposaba tenía un extraño parecido a un nido, al principio creí que se había hecho por el peso del cuerpo, pero no, las ramas de las milpas fueron dobladas delicadamente, sin romper el tallo. Lo más extraño era que el cuerpo estaba limpio, lo recostaran y luego le abrieron el cuello, quizá lo desmayaron, pero no había rastro de lucha o golpes en su cabeza.


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Fb: Kas Molina



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