Rebeca Aneli Rueda Jasso
- cartografiaescrito
- 25 sept 2024
- 8 Min. de lectura
Los géneros que más utiliza son: cuento, multimodal, literatura infantil y literatura para jóvenes.

Dra. Rebeca Aneli Rueda Jasso
Soy una Bióloga Marina, que desarrollé gusto por estudiar los peces desde diferentes perspectivas y así lo hice en mis estudios de maestría (CICIMAR-IPN) y doctorado (Universidad de Gent, Bélgica), aunque desde 2019 he incluido a los anfibios en mi interés de
Acuarela realizada por Matías Ybarra
investigación. Tras finalizar mis estudios, en 2005, me integré como docente e investigadora en la Facultad de Biología – UMSNH. Desde entonces he participado en diversos proyectos de investigación apoyados por instituciones locales, nacionales e internacionales. Además de la escritura de textos académicos, en diversos momentos, he explorado la escritura de cuentos y de textos de divulgación para pequeño(a)s y adolescentes, siempre con el interés de compartir el conocimiento científico. Estos se han publicado en La Revista del Colegio de Bachilleres BCS, Saber más, Libros del Programa de Lectura Científica, entre otros. De igual forma me ha llamado la atención escribir sobre temas de género, ya que mis propias experiencias me han permitido darme cuenta de la situación de desigualdad que vivimos las mujeres.
TEXTO LITERARIO
Veneno venenito, ¿por qué estás tan sabrosito?
Rebeca Aneli Rueda Jasso
Que un veneno pueda tener un buen sabor suena raro, ¿no? Normalmente asociamos la palabra veneno con algo malo o peligroso, de sabor amargo o desagradable. Pero de seguro, te sorprenderías si te digo que cada día consumes diversos venenos en comidas, golosinas y bebidas que te parecen deliciosas. Por fortuna, las sustancias dañinas o venenosas se encuentran en pequeñas cantidades. Claro esta que, aunque sea en pequeñas cantidades, si las consumes de forma constante pueden tener un efecto negativo, aunque tardaras más tiempo en darte cuenta.
Desde el principio de la historia, los seres humanos tuvieron que aprender que plantas, animales o minerales eran peligrosos para evitar consumirlas. Si no lo hubieran hecho, corrían el riesgo de morir envenenados. Con el paso del tiempo aprendieron a extraer los venenos y aprovecharlos. Por ejemplo, una pequeña cantidad de veneno en las flechas les ayudaba en la caza de algunos animales y les facilitaba el conseguir su alimento.
Para nuestra supervivencia sigue siendo importante conocer los venenos y evitarlos, aunque en épocas recientes hemos dejado de saber que alimentos son peligrosos. No sólo eso, sino que los consumimos todos los días.
En algunos casos, los venenos presentes en los alimentos, están ahí de manera natural, esto pasa por que son parte de la planta o animal. Para poder comerlos se necesita que se seleccionen los no venenosos o saber cómo transformar el veneno, esto puede ser mediante la forma en que se cocinan. Pero si son venenosos lo mejor es evitarlos.
Por ejemplo, algunos hongos silvestres tienen toxinas que pueden causarte desde problemas leves como diarrea y vómito por un par de días o hasta graves como la muerte. Por ello, la selección de los hongos silvestres comestibles debe de realizarla alguien que realmente conoce cuales se pueden comer sin riesgo.
Otro ejemplo, es el fugu, que es nombre del pez y del platillo que se prepara con dicho pescado. En México lo conocemos como pez globo. Esta preparación consta de finos filetes de un pescado que tienen gran cantidad de toxinas llamadas tetradotoxinas. Estas son abundantes en los ojos, hígado y gónadas y hay mucho menos en el músculo. Este extraño y peligroso plato se consume en Japón y es muy caro. Su preparación debe de realizarse por un chef especializado, quien además debe tener una licencia que lo autorice para poder filetear y cocinar el fugu y por supuesto mucha experiencia. Por si fuera poco, antes de que sirvan el peculiar guiso, el usuario debe de firmar un documento donde libera de culpa al chef y restaurant que se lo sirve, en caso de que se intoxique. A pesar de todo ello, cada año se calcula que entre 30 a 100 personas se intoxican e incluso algunas mueren por el consumo del fugu.
En otros casos, somos los humanos quienes creamos, producimos y usamos diversos venenos para mejorar la producción de nuestros alimentos. De manera general, los llamamos insecticidas, aunque tienen nombres específicos en función del grupo que se trata de eliminar. Los nombramos bactericidas cuando eliminan bacterias, fungicidas para hongos, nematicidas para gusanos e insecticidas para insectos. Existe otro grupo de sustancias que se aplican en los cultivos para ayudar a eliminar “las malas hierbas” y así evitar que compitan con las plantas que nos interesa cultivar. Este grupo son los herbicidas. Cada uno de estos productos se han creado para ser específicos y generar efectos sólo en la plaga que se desea eliminar. Pero a veces se requiere exterminar a diversos organismos que atacan el cultivo, aunque esto puede ocurrir al mismo tiempo o en diferentes momentos del ciclo de cultivo. Por ello pueden usarse más de uno de estos insecticidas en un mismo grupo de plantas cultivadas.
Aunque nosotros lavamos las frutas y vegetales antes de consumirlas, hay pequeñas cantidades de insecticidas que quedan en los alimentos. De manera individual estas no son peligrosas ya que sus concentraciones son muy bajas, pero en ocasiones hay muchas pequeñas cantidades de distintos insecticidas. Imagínate que le pones una pizca de algún condimento a tu platillo, como pimienta o chile, sigue sabiendo bien, ¿verdad? ¿Pero qué pasa si le agregas 20 o más? Puede volverse incomestible. Desafortunadamente, la gran mayoría de las veces no nos damos cuenta de la presencia de estas sustancias.
Algunas plantas son más sensibles y guardan mayor cantidad de residuos de insecticidas. Otras las comemos crudas, como la lechuga, espinacas, apio y frutas como uvas, manzanas y fresas, por ello debemos de ser muy cuidadosos y cuidadosas al lavar y desinfectar nuestros alimentos. En Estados Unidos, cada año se publica una lista de los vegetales y frutas más contaminados con insecticidas y también de los más limpios. Esta lista puede ayudar a hacer una mejor selección de lo que comemos.
Otra forma de evitar el consumo de estas sustancias indeseables es cultivar nosotros mismos al menos algunas de nuestras frutas o verduras. Para ello podemos tener un pequeño huerto en nuestro jardín o patio trasero y eso ayudará a que comamos más sano. Pero si no tenemos espacio o no nos gusta la jardinería, la opción sería comprar productos orgánicos, que en su producción no utilizan insecticidas sintéticos.
Como podrás ver, hay muchos venenos en nuestros alimentos y aún no hablamos de los alimentos procesados. En la fabricación de este tipo de alimentos y bebidas se adicionan sustancias que modifican las características del producto. Por ejemplo, se mejora la apariencia (colorantes), el sabor y aroma (saborizantes, aromatizantes y potenciadores del sabor) y la textura (emulsionantes, gelificantes y espesantes). Además, se agregan conservantes (antioxidantes y acidulantes) para evitar la descomposición.
Muchos productos procesados y en especial los dulces están diseñados para que sean atractivos a niños y niñas, por eso es que tienen colores llamativos y formas divertidas. En el caso de los colorantes que se les agrega, algunos son naturales, se obtienen del betabel, de la cúrcuma o de algunos vegetales verdes. Sin embargo, los colorantes de origen sintético son más baratos y por ello se usan más.
Si alguna vez has tenido la curiosidad de leer las letras chiquitas de tu paquete de dulces, de tu jugo o refresco habrás encontrado nombres extraños. Por ejemplo, rojo allura, azul 1, tartrazina o amarillo 5, amarillo 6 ocaso, jarabe de alta fructuosa, benzoato o glutamato de sodio, entre otros.
Hasta el momento no se tienen pruebas claras de los efectos de algunos de estos colorantes en los humanos. Pero si se sabe que la tartrazina provoca deformidades en los embriones de pollos cuando se les pone este colorante y se compara con los que no se les agrega. También se han observado efectos negativos en las células de ajo.
A través de encuestas se pudo saber que muchas personas no conocen la tartrazina, pero la consumen en muchos alimentos. También se ha podido relacionar que quienes comentaron que consumían alimentos procesados que contienen este colorante, han desarrollado alergias, irritación de la piel (urticaria), daños en las vías respiratorias (asma) e hiperactividad infantil.
Aunque podría seguirte contando de muchos venenos que se encuentran en los alimentos procesados, sólo te hablaré de uno más: del jarabe de maíz alta fructuosa, que en las etiquetas puede aparecer como JMAF o HFCS (en inglés). Este es un endulzante alto en calorías, de uso industrial. Su uso se prefiere sobre el de la azúcar porque su costo es menor y endulza más. Casi cualquier alimento o bebida procesado la contiene, a veces, aunque ni siquiera tenga gusto dulce. Este endulzante provoca que al consumirlo la fructuosa (que es la forma más simple del azúcar) llegue más rápido a la sangre.
El uso del JMAF se relaciona con los problemas de salud como la obesidad y la diabetes, debido a la forma en cómo se transforma en nuestro cuerpo. Estos padecimientos afectan a 7 de cada 10 mexicanos adultos en el caso del sobrepeso y 3 de cada 10 con obesidad. En el caso de los niños y adolescentes, 2 de cada 10 presentan sobrepeso u obesidad.
Afortunadamente, hoy tenemos etiquetas en los alimentos procesados que nos indican que tienen altos contenidos o en exceso de grasas saturadas, azúcares, sodio (sal) y calorías. Otra etiqueta indica que tiene edulcorantes o sustitutos de azúcar o cafeína y que debe de evitarse en niños.
Para evitar el consumo de estos venenos de la vida moderna, lo mejor que podemos hacer es eliminar los alimentos procesados de nuestra mesa o comerlos en muy pequeñas cantidades. También debemos aprender a leer las etiquetas e investigar qué estamos comiendo para buscar opciones sanas. Recuerda que los fabricantes tratan de poner los nombres de los ingredientes disfrazados para que si acaso los lees no rechaces sus productos. El comer alimentos de calidad es indispensable para tener buena salud. Así que amigo, amiga ten mucho cuidado con lo que comes, que aunque algunos alimentos procesados son muy sabrosos contienen venenos y de ti depende no comerlos.
Glosario
Acidulante: sustancia con características ácidas que se agrega a diversos alimentos procesados.
Antioxidante: sustancia que se agrega en alimentos procesados para evitar la oxidación. También se dice de sustancia presentes en nuestros cuerpos que sirven para prevenir o retardar la oxidación.
Bactericida: Sustancia que destruye las bacterias.
Cúrcuma: Planta de origen asiático ampliamente usada en la elaboración de la comida asiática, a la que se le atribuyen propiedades medicinales.
Fungicida: Sustancia que destruye hongos.
Gelifícante: Son sustancias provenientes de proteínas o carbohidratos con la capacidad para generar geles, es decir de productos de apariencia sólida, pero compuestos por líquidos.
Herbicida: Producto químico creado para el control de las malezas o malas hierbas.
JMAF: Abreviación del jarabe de maíz de alta fructuosa, también conocido como jarabe de fructuosa, jarabe de glucosa-fructosa, fructosa. Este producto se utiliza como endulzante en los alimentos procesados.
Nematicida: Sustancia que se utiliza para eliminar a nematodos o gusanos.
Peculiar: con características o rasgos particulares, diferentes a otros objetos o cosas similares.
Toxina: sustancia que actúa como veneno y produce trastornos.
Preguntas
¿Por qué es importante conocer los venenos que consumimos cotidianamente a través de los alimentos?
¿Qué tipo de alimentos presentan toxinas o venenos sintéticos? ¿Qué daños causan a la salud?
¿Cómo puedes evitar el consumo de sustancias tóxicas en tus alimentos?
Publicado en: Rueda, Rebeca. (2022). Veneno, venenito, ¿Por qué estás tan sabrosito?. Lectura Científica 2022 Nivel primaria y secundaría. Michoacán: Instituto de Ciencia Tecnología e Innovación (ICTI). pp. 12-18.
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